Los cristianos deben imitar a Jesús siendo firmes, no inflexibles, en sus convicciones, estando así abiertos al cambio por el bien de los demás, dijo el Papa Francisco el domingo.

“Así es Dios: es amor, y el que ama no se queda rígido”, dijo el Papa el 20 de agosto. “Te mantienes firme, te mantienes firme, no rígido”.

El cristiano, añadió, “no permanece rígido en sus propias posiciones, sino que se deja mover o tocar. Él o ella sabe cómo cambiar de planes. Es amor creativo”.

El Papa Francisco dijo: “Los cristianos queremos imitar a Cristo; estamos invitados a estar abiertos al cambio. Qué bueno sería en nuestras relaciones, así como en nuestra vida de fe, ser dóciles, estar verdaderamente atentos, ablandándonos en nombre de la compasión y el bien de los demás...”

El Papa se dirigió a una multitud de personas desde una ventana que daba a la Plaza de San Pedro para su habitual discurso dominical y rezo del Ángelus en un caluroso día de finales de agosto en Roma.

Se estima que estuvieron presentes unas 10.000 personas, según el Vaticano.

La reflexión de Francisco antes de la oración mariana se basó en la lectura del Evangelio del día: La mujer cananea que le pidió a Jesús que sanara a su hija poseída por un demonio.

Originalmente, Jesús no respondió a la solicitud de la mujer extranjera, explicando que él fue “enviado solamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel”.

Francisco resumió lo sucedido: La mujer le pidió a Jesús “que libere a su hija, que está atormentada por un demonio. Pero el Señor no le presta atención. Ella insiste y los discípulos le aconsejan a Jesús que la reconozca para que se detenga. Jesús, sin embargo, explica que su misión se dirige a los hijos de Israel, utilizando esta imagen: 'No está bien quitar el pan a los hijos y echárselo a los perros. Y la mujer responde: 'Sí, Señor, pero aun los perros comen las migajas que caen de la mesa de su amo.' Entonces, Jesús le dice: '¡Oh mujer, grande es tu fe! Que se haga contigo como deseas.' Y su hija fue sanada al instante.”

“Vemos”, señaló el Papa, “que Jesús cambió su comportamiento; lo que lo hizo cambiar fue la fuerza de la fe de la mujer”.

Explicó que en el momento del episodio del Evangelio, la predicación de Jesús estaba dirigida al pueblo elegido, mientras que más tarde, “el Espíritu Santo empujaría a la Iglesia hasta los confines del mundo”.

Sin embargo, al presenciar la gran fe de la mujer cananea, Jesús anticipa la universalidad de la obra de Dios, continuó Francisco. “Frente a su caso concreto, él se vuelve aún más comprensivo y compasivo”.

El Papa Francisco se dirigió a una multitud de 10.000 personas desde una ventana que daba a la Plaza de San Pedro para su discurso dominical y oración del Ángelus el 20 de agosto de 2023. Vatican Media.

La mujer cananea, dijo el Papa Francisco, probablemente desconocía las leyes y preceptos religiosos de la nación de Israel. Su fe, en cambio, se basaba en hechos más que en conceptos.

Y superó todos los obstáculos para hablar francamente con Jesús sobre su necesidad, agregó.

“Esta es la concreción de la fe, que no es una etiqueta religiosa... sino una relación personal con el Señor”, subrayó. “¿Cuántas veces caemos en la tentación de confundir la fe con una etiqueta?”

“La fe de esta mujer”, prosiguió el Papa, “no está cargada de galantería teológica, sino de insistencia -llama a la puerta, llama, llama-, no se hace con palabras, sino con oración. Y Dios no resiste cuando se le reza”.

Animó a los católicos a hacerse algunas preguntas, entre ellas: “¿Soy capaz de cambiar de opinión? ¿Sé ser comprensivo y compasivo, o permanezco rígido en mi posición?”.

Francisco también invitó a la gente a reflexionar sobre su fe con las siguientes preguntas: “¿Me detengo en conceptos y palabras, o se vive verdaderamente con oración y obras? ¿Sé dialogar con el Señor? ¿Sé cómo insistir con él? ¿O me conformo con recitar bellas fórmulas?

Después del Ángelus, el Papa dijo que estaba orando por Níger, que vive una crisis política después de que el líder militar, el general Abdourahamane Tchiani, tomó el poder del país en un golpe de estado.

“Sigo con preocupación lo que está pasando en Níger. Me uno al llamamiento de los obispos a favor de la paz en el país y la estabilidad en la región del Sahel”, dijo. “Oremos por el querido pueblo de Níger”.

Francisco también saludó a los presentes en el Ángelus, incluidos los 29 nuevos estudiantes que llegaron esta semana al Pontificio Colegio Norteamericano, un seminario para seminaristas estadounidenses en Roma. Les deseó “un buen camino educativo” en la continuación de su formación sacerdotal.

Fuente: Por Hannah Brockhaus / CNA