Las muertes por suicidio aumentaron hasta alcanzar “la cifra más alta jamás registrada en la historia de Estados Unidos”, llegando a casi 50.000 en 2022, según nuevos datos publicados por los CDC este mes.

El estudio de los CDC , que muestra los datos provisionales de 2022, informó que el año pasado se produjeron 49.449 muertes por suicidio. Aunque el número total de muertes por suicidio fue un 3% mayor que en 2021, los CDC dijeron que se espera que los datos finales para 2022 muestren un número aún mayor.

Según los datos, que se basaron “en más del 99% de todos los registros de defunción de 2022” procesados ​​por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud hasta agosto, la tasa de suicidio para 2022 alcanzó 14,3 muertes por 100.000. Esto supera el 14,1 del año anterior, que había sido la tasa más alta desde 1941.

El grupo de edad más afectado fue el de los adultos mayores de 35 años. Estos grupos experimentaron los mayores aumentos con respecto al año anterior, con aumentos que oscilaron entre el 3% y el 9%. La tasa de suicidio de mujeres blancas también estuvo entre las de mayor aumento de cualquier grupo en 2022, con un aumento de tasa de 7,1 a 7,3.

Cuatro veces más hombres que mujeres murieron por suicidio en 2022, 39.255 a 10.194, respectivamente. Sin embargo, el estudio sí señala que "es más probable que los suicidios de las mujeres sean incompletos" porque "sus muertes implican con mayor frecuencia intoxicaciones por drogas".

En particular, las tasas de suicidio entre personas menores de 35 años en general disminuyeron.

Los nativos americanos y los nativos de Alaska siguieron siendo el grupo étnico que sufrió la tasa de suicidio más alta, con un 26,7 por 100.000.

La Dra. Melinda Moore, psicóloga clínica y profesora de la Universidad Eastern Kentucky (EKU), dijo a CNA que aunque el número de muertes por suicidio está en un nivel récord, cree que el número de personas que sufren ideas suicidas probablemente "eclipsa" el número de fallecidos.

"Veo muchas ideas suicidas en mi campus universitario (estudiantes, clientes que tratamos en nuestra clínica de capacitación en EKU) y también en mi práctica privada", dijo Moore. "Sabemos que alrededor de 12,6 millones de estadounidenses indicaron que habían tenido pensamientos suicidas graves en 2021 y, sospecho, este número también está aumentando".

Moore dijo que aunque “no hay una sola razón que podamos señalar que pueda demostrar por qué un individuo muere por suicidio”, las “tasas de suicidio han aumentado constantemente durante unos 50 años” y esto “probablemente se deba a una combinación ” de “razones por las que la gente se desespera”.

A menudo se señala la mala salud mental como la razón detrás del suicidio, dijo Moore, pero cree que ésta “no es la única causa”.

Los confinamientos durante la pandemia de COVID-19 y “los efectos del aislamiento y el distanciamiento físico y, por supuesto, la ansiedad creada por la incertidumbre de nuestras vidas, salud, bienestar futuro y productividad” exacerbaron aún más el problema, según Moore.

Moore dijo que "si bien ahora tenemos mejores métodos de evaluación y enfoques respaldados empíricamente para tratar el suicidio", estos métodos todavía "no son ampliamente utilizados por los profesionales que entran en contacto con personas suicidas".

“El suicidio es un problema que no va a desaparecer sin un mejor uso de la ciencia que tenemos para evaluarlo, tratarlo y gestionarlo, pero debe abordarse como las otras principales causas de muerte y los financiadores y las instituciones de formación deben tomarlo en serio. y sistemas de atención para abordarlo de manera amplia y sistémica”.

Monseñor Charles Pope, párroco de Washington, DC y autor que ha contribuido a los Ministerios de Salud Mental Santuario , de base cristiana , dijo a ACI Prensa que cree que la pérdida de fe en la sociedad juega un papel importante en las cifras récord de suicidios.

Pope dijo que “el estrés y la falta de sentido” pueden hacer de la vida una especie de prisión o “gulag” para muchos.

“Con la desaparición de la narrativa bíblica y la práctica de la religión cristiana dramáticamente reducida, sólo hay metas efímeras y mundanas que buscar”, explicó. "Pero como tenemos un anhelo infinito en nuestro corazón y el mundo es finito, es una receta para la infelicidad, la frustración y la depresión".

"La sabiduría de la cruz se ha ido", continuó Pope, añadiendo que falta "incluso entre muchos católicos practicantes".

“La fe se ha reducido a una especie de algo terapéutico”, dijo, “desprovisto del llamado a tomar una cruz y llevarla con valentía y fe. Por lo tanto, la vida tiene poco significado para la gente hoy en día y tampoco el sufrimiento, que se convierte en un desastre total en lugar de algo que superar en el camino hacia algo glorioso”.

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