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Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2024: 'La Cuaresma es un tiempo de conversión, un tiempo de libertad'
03/02/2024 04:59 en VATICANO

El Papa Francisco ha centrado su mensaje de Cuaresma para 2024 en el Libro del Éxodo, eligiendo “A través del desierto Dios nos lleva a la libertad” como tema principal para alentar a los fieles a que la temporada es un viaje desde la esclavitud hacia la renovación espiritual y la libertad. 

El Papa enmarcó esta reflexión en la salida de los israelitas de Egipto, una historia que no sólo representa el camino de la esclavitud a la emancipación sino también de la revelación y la libertad espiritual. 

“Cuando nuestro Dios se revela, su mensaje es siempre de libertad”, dijo el Papa. 

El Santo Padre añadió que este proceso “es exigente” y que “no tiene una respuesta inmediata. Tiene que madurar como parte de un viaje”.

“Nos damos cuenta de cuán cierto es esto en esos momentos en los que nos sentimos desesperados, deambulando por la vida como un desierto y sin una tierra prometida como destino. La Cuaresma es el tiempo de gracia en el que el desierto puede volver a ser –en palabras del profeta Oseas– el lugar de nuestro primer amor”, observó el Papa. 

El Vaticano publicó carteles para promover el mensaje del Papa para la Cuaresma de 2024: “A través del desierto, Dios nos conduce a la libertad”.  Crédito: Medios del Vaticano
El Vaticano publicó carteles para promover el mensaje del Papa para la Cuaresma de 2024: “A través del desierto, Dios nos conduce a la libertad”. Crédito: Medios del Vaticano

El Papa Francisco también subrayó la centralidad del desierto en el Nuevo Testamento, observando que en el primer domingo de Cuaresma se nos recuerda que Jesús “fue empujado al desierto por el Espíritu para ser tentado en libertad”.

“El desierto es el lugar donde nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud. En la Cuaresma encontramos nuevos criterios de justicia y una comunidad con la que podemos avanzar en un camino aún no recorrido”, añadió el Papa. 

 

Al vincular la temporada de Cuaresma con el entorno del desierto, el Papa señaló que la temporada penitencial no puede verse simplemente como un “viaje abstracto”, sino que debe ser “concreta”, y este cambio se basa en nuestra capacidad de “ Abre nuestros ojos a la realidad”. 

Para el Papa, esta realidad se centra en la búsqueda de mitigar el sufrimiento y las diversas formas de opresión social y económica que son omnipresentes hoy en día, gran parte de la cual, dijo, es causada por “un déficit de esperanza”. 

“Este 'déficit de esperanza' no es diferente de la nostalgia por la esclavitud que paralizó a Israel en el desierto y le impidió avanzar. Se puede interrumpir un éxodo: ¿de qué otra manera se puede explicar el hecho de que la humanidad haya llegado al umbral de la fraternidad universal y a niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico capaces de garantizar la dignidad a todos, y sin embargo anda a tientas en la oscuridad de la ¿desigualdad y conflicto?” 

Durante la Cuaresma de 2024, el Papa animó a los fieles a realizar un examen interior preguntando: “¿Escuchamos ese grito? ¿Nos preocupa? ¿Nos conmueve?  

“Nuestro camino cuaresmal será concreto si, escuchando una vez más esas dos preguntas, nos damos cuenta de que aún hoy seguimos bajo el dominio del Faraón. Una regla que nos vuelve cansados ​​e indiferentes. Un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro”.

“Demasiadas cosas nos separan unos de otros, negando la fraternidad que, desde el principio, nos une unos a otros”, continuó el Papa.

La Cuaresma, según el Papa, es un tiempo que se caracteriza por la lucha personal mientras sufrimos innumerables tentaciones, pero es el reconocimiento de esto lo que nos llama a “hacer una pausa en la oración, para recibir la palabra de Dios, hacer una pausa como el samaritano en presencia de un hermano o hermana herido”. 

 

Al resaltar los tres pilares de la Cuaresma (oración, limosna y ayuno), el Papa señaló que no son actos dispares, sino que forman un “movimiento simbiótico de apertura y vaciamiento de uno mismo en el que arrojamos fuera los ídolos que nos pesan, los apegos que nos encarcelarnos”. 

El Papa cerró su mensaje de Cuaresma destacando el aspecto comunitario de la temporada, señalando que “la dimensión contemplativa de la vida que la Cuaresma nos ayuda a redescubrir liberará nuevas energías”. 

“En presencia de Dios, nos convertimos en hermanos y hermanas, más sensibles unos a otros: en lugar de amenazas y enemigos, descubrimos compañeros y compañeros de viaje”, añadió. 

En línea con este aspecto comunitario, el pontífice lo relacionó con la “forma sinodal” de la Iglesia, que la Iglesia está “redescubriendo y cultivando”.

 

“Invito a cada comunidad cristiana a hacer precisamente esto: ofrecer a sus miembros momentos reservados para repensar sus estilos de vida, momentos para examinar su presencia en la sociedad y la contribución que hacen para mejorarla”. 

 

Fuente: CNA

 

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